La vida guarda sus páginas con olor a papel o al cuello de una persona y la mancha salada de una lágrima que no cabe más por dentro y decide salir por valiente o por cabrona a morir fuera antes de destruirlo todo adentro.
Como un capítulo tiritando llega a su fin, los nudos de la garganta se sueltan y se sabe decir con cariño propio que la vida acaba de prender de un hilo roto...
rompen los aplausos.
Eso de andar leyéndose la vida , el vértigo
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