jueves, 30 de marzo de 2017

Último jueves de marzo, 2017


Desde que te transformaste, Mamí, hay cosas que de mi cambiaron alguna manera eso de creer y no creer, lo que se siente y se presiente toma más fuerza que siglos dogmas impuestos y es que vos me seguís educando desde esta tu nueva forma y con todo mi amor (este que ya no cabe en el pecho) yo te escucho.

Sabés, ahora pienso en todos esos sitios que muchos dicen que existen, y yo no sé, y tampoco sé si vuelva a creer sin sentirlos pero es que ahora yo conozco uno que intuía existía pero vos me lo reafirmas y es el abrazo del cosmos en el que gravito , en sus manos que tienen venas saltadas y algunos callos porque partía queso y hacía flores de papel, dedos largos y alguna que otra pinchada de aguja de máquina de cocer, ah y silba, silba canciones que se inventa en el que hacer y de cuando en cuando clava sus ojos grises en mi existir, de que eso existe puedo dar fe, lo demás yo que sé.

Si existe el cielo creo que es el fugaz y sublime momento que es la felicidades y las felicidades y sé que vos, mamí, estás ahí en los cielos de mis felicidades y en la vida que pasa y pesa y vuelve a pasar estás ahí cuando te siento luna, sol, lluvia, viento, mar, estrella, música, nube, rocío, jueves, orquídeas, gaviotas, veraneras, mangos, flores de papel, la fuerza de mi niñez que me dejaste aquí plantada a mi lado para cuidarme cuando ser grande da miedo.

Tu mi libertad, mamí, de dejarme ser quien soy para vivir y no reprocharme cuando sólo puedo sobrevivir, como hoy que recuerdo y repaso esa nuestra última noche juntas(y nuestras circunstancias) y no sé como pude sobrevivir, pero lo cierto es que estoy y soy y que casi todo lo aprendí de vos.

Gracias por el amor que nos seguimos dando y viviendo,
Mamí, Mamí Gracias.

PD. Sigo sintiendo que mis brazos pierden fuerza cada vez revivo los últimos momentos de esa nuestra “convida” anterior. (y es que ahí no pasaba el tiempo, recuerdo)