jueves, 11 de septiembre de 2014

Espantapájaros

Y en la soledad
de la noche que no alcanzó el tiempo
solo sos el árbol decadente aquel
que enterró sus raíces
en mis heridas
para mantenerse firme
con el timbre de tu voz
brotandome de ellas
apenas es ya como un murmullo
y las hojas se confunden con escarcha,
no hay alimento,
los pájaros se están llevando sus nidos
hacia un polin metálico
en búsqueda del calor
que haga posible un nacimiento.

ah mirá, eras ceiba
tus espinas herían mis abrazos
ahora, en el declive de tus ramas,
entiendo como creciste tanto.

Cuándo al fin el tiempo
le llegue a esta noche
nadie extrañará tu copa
ya no hay ni pájaros,
ni mariposas,
ni hormigas
que deseen habitarte
y para los segundos galopantes
que se acercan
al ritmo de un tic tac, tic tac...
ya solo quedan las cicatrices.

Amé tu sombra
que me cubría
mientras leía las nubes
esperándote
antes que cayera la noche,
esta noche.


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