martes, 23 de mayo de 2017

Ave Fénix


Reconstruir tejidos casi muertos:

Hay un cuerpo que se mueve y vive, len-ta-men-te pero ¡Vive!. Es difícil re-engranar la máquina que ha perdido fuerza.
No están cerca los amigos (se fueron de a poquito), la lengua se durmió un poco, las guaridas se cayeron, el sueño se escapó huraño, los proyectos caducaron y el tiempo siguió su órbita con distinto ritmo.
Hay un cuerpo que ahí se mueve y aviva las llamas con sus pequeñas alas.


Cuando llega la hora de morir el ave fénix deja un huevo que al tercer día este se convierte en pájaro que con sus alas aviva la llama y un nuevo Fénix nace de las cenizas dejadas por el fuego.

Y vuela.... a pesar del fuego.


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