llévale un recado a las tardes en pausa
sin viento,
sin risa,
sin habla
sin habla
diles que nadie les existirá
porque no pasan
no atrapan
no empujan, ni halan
cuando la pausa pesa de esta manera
me invade la duda
del porque no se revelan los árboles castigados por el tiempo
esperando los signos vitales desde afuera de ellos
del aire,
de la lluvia,
del sol
hoy hasta la bandada de pericos se cobijan de ellos
vienen en la tarde gri-sosa
aburridos, cansados, más callados.
aburridos, cansados, más callados.
Anda
llévale un recado a los arboles vivos
plantados en las tardes pausadas
diles que ellos son los que suceden
que sus hojas verdes son las que brillan
que sus hojas verdes son las que brillan
en ese paisajes blanco y negro
de muertos caminando lento
que no sean ellos los que se maten antes del amanecer.
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