lunes, 13 de abril de 2015

El silencio

Son testigos los días como este que la existencia se atraviesa por una mirada eterna
como el hilo va borrando la individualidad de dos cuerpos al pasar por el ojo de una aguja en un único paso, el gran paso de vencer el miedo a cruzar la línea y descubrir un mundo, mil mundos y abrir así también la vida.
Suenan voces melodiosa que saben a pan, a hierba, a pájaro, a nube, a la edad de la luna, a las ganas de comer y de dar comida y que alcanza además para abrazar la justicia así  sea en el anhelo... palabras con música que calan hasta en el más disperso con narraciones inclusive de la carroña de esta especie tan privilegiada como condenada  a la razón y al sentimiento, al insomnio y al sudor, a los sueños que cada vez son más utopía.
Hoy muchos nombres, rostros, nacionalidades, oficios y delirios han llegado al encuentro en este mi silencio tan próspero al que tanto miedo da volver por el dolor de la necesaria muerte para regresar a la vida, a vivir ya fundida en cada uno de estos pedacitos de locura de algunos hombres y de algunas mujeres que día a día viven.


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